
El clima de confianza que había marcado los primeros meses de la gestión Milei se desvaneció en medio de errores políticos, tensiones con gobernadores, denuncias de corrupción y un freno en la actividad económica. Con el riesgo país en alza, un Merval debilitado y la desocupación en crecimiento, el escenario se inclina hacia la desconfianza, dejando al gobierno frente al desafío de recomponer la relación política y recuperar credibilidad económica.