El RIGI, punto de partida de lo que se viene

Sectores económicos del país sostienen que es una herramienta que ayudará a que venga inversión extranjera. Que con este tipo de herramientas se da garantías jurídicas a quien viene a poner capital. Sin embargo, la aprobación del RIGI no es una poción milagrosa que de un día para otro nos va a arreglar todas las cosas. Puede ser una herramienta positiva si se hace un cambio de mentalidad y se mira a un proyecto de país, si no quedará como otro de los grandes intentos por cambiar

ECONOMÍA29/06/2024Victor GarciaVictor Garcia
mineria y RIGI
El cambio es posible con el compromiso de todos

Argentina, históricamente, siempre nos marcó con saltos que nunca lograron estabilizar el camino. Con una economía agroexportadora que siempre fue la vaquita lechera y el campo fueron la fuente de ingresos del país y con ello la consolidación económica de todos los grupos económicos que dependen del polo pampeano. El resto del país siempre quedó a la espera de lo que decidan los que están desde la general Paz hacia adentro en Capital Federal.

Hay países en América Latina que hicieron bien las cosas y de ser actores de reparto en la economía regional, se han convertido en actores principales. El mejor ejemplo es el potencial ganadero que tiene Uruguay o el crecimiento en la soja en países como Brasil, que desde hace rato nos sacaron el liderazgo. ¿Por qué ocurre esto? Es simple, producir en el país es casi una aventura. Lo que implica que el nivel de riesgo es alto y con ello es difícil que inversores serios lleguen al país.

Particularmente en la región andina, donde la cordillera de los Andes es el patrón que manda, el crecimiento  siempre pasó por las economías regionales. La vitivinicultura, la olivicultura, la manzana, por nombrar algunos cultivos, marcaron la economía de las provincias que están sobre los Andes.

Lo cierto es que en los últimos  se comenzaron a producir algunos cambios impulsados por la minería. En el caso de San Juan, Veladero que comenzó a operar en 2005, fue el ejemplo  de que la actividad podría constituirse en un fuerte tractor económico, que sin dudas, dio paso a que impulsados por la Ley de Inversiones Mineras, lleguen capitales de muchos puntos del mundo y entre otras cosas que San Juan tuviera en poco tiempo tres minas en explotación- Veladero, Gualcamayo y Casposo-.

El tema es que a nivel nacional la política económica, de al menos los últimos 15 años, fue sumando restricciones, lo que llevó a que la crisis se termine agudizando en la gestión de Alberto Fernández. De hecho, se llegó a un momento en que no se podía importar nada y te cobraban demasiado caro para exportar. A su vez, con una política monetaria marcada por la disparidad entre el dólar oficial y el blue, no se podía producir la generación de trabajo e inversión. Razón por la cual, el Estado adquiere un rol esencial y de manera discrecional, acelera el chorro del asistencialismo. Resultado de este cuento corto, millones de argentinos dependiendo de un plan social para medio vivir.

Vale marcar que con la llegada de Javier Milei al poder, la situación social del país se agudizó, pues la devaluación que se hizo del peso, llevó a que el argentino promedio perdiera capacidad de compra y con ello que se encuentre en serios problemas para llegar a fin de mes. Esto se vive día a día en todos los puntos de Argentina.

Con todo el panorama adverso narrado, la sanción del Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones, en cierto sentido, es un aliciente porque a partir de este se pueden generar fuentes de trabajo, sobre todo en el sector minero, que es el que nos toca de cerca a los sanjuaninos.

Esto no es inmediato, el RIGI es un régimen que permitirá la llegada de capitales, pero para ello hay que cubrir una serie de pasos que son necesarios. La reglamentación de la ley Bases y Condiciones, la adhesión de las provincias y los municipios y luego dar señales claras para que el inversor pueda confiar en la Argentina. Para ello, el gobierno nacional y las provincias se tendrán que convertir en verdaderos difusores de las bondades de su tierra.

Michael Meding, gerente general del Proyecto Los Azules, sostuvo que "la confianza no se recupera con la sanción de unas leyes". Siguiendo esta línea es que no solo el gobierno nacional, en la figura de Milei, sino también la oposición de Unión por la Patria, tendrán que dar señales de que en Argentina hay gobernabilidad, para pensar en un país mejor. La aprobación en la Cámara de Diputados del día viernes fue una señal de que se pueden hacer acuerdos políticos y que los bloquees dialoguistas en diputados le dieron el sí al gobierno. Pero las alianzas son enclenques si se mira la fragilidad del poder político nacional. 

En el país se tienen que producir cambios, que pueden gustar o no, pero son necesarios para modificar el rumbo. De todos modos, hay que considerar que nadie tiene una receta mágica para dar la solución a los problemas estructurales. Hoy los representantes del pueblo le dieron la herramienta que el gobierno nacional pedía para producir cambios y el régimen que el sector económico reclamaba para creer.  Sin embargo, esto tiene que estar bajo la mirada atenta de los argentinos para que el cambio sea en beneficio de todos y que no ocurra, como siempre, que los que beneficios se los lleven unos pocos.

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