Por el costo energético pequeñas bodegas trasladistas no elaborarían la próxima vendimia

La escalada en los precios de la energía podría dejar a muchas bodegas de San Juan fuera de la campaña de elaboración. La Cámara Vitivinícola señala que los aumentos superan el 100% respecto al año pasado, afectando gravemente la competitividad del sector

12/09/2024Victor GarciaVictor Garcia
bodegas trasladistas
El costo de la energía complica a las pequeñas empresas vitivinícolas

El incremento sostenido de los costos energéticos, impulsado por la quita de subsidios y el ajuste tarifario, se ha convertido en una amenaza crítica para la industria vitivinícola en San Juan. Gustavo Samper, presidente de la Cámara Vitivinícola de San Juan, expresó su profunda preocupación ante la posibilidad de que muchas bodegas, especialmente las pequeñas y medianas, no puedan afrontar la próxima temporada de elaboración debido al elevado costo de la energía. “Calculamos que si la temporada pasada pagamos entre 20 y 30 millones de pesos en energía por mes, este año el monto podría duplicarse, alcanzando los 40 o 50 millones de pesos. Es una locura y no sé cómo haremos para pagarlo”, señaló Samper. De esta manera, en el sector sostienen que si no hay un cambio de actitud solo quedarán los que tienen espaldas para soportar y volumen de producción.

Impacto en la competitividad y la sostenibilidad de las bodegas
La situación se ha vuelto crítica para las bodegas trasladistas, las cuales dependen en gran medida de la energía para sus procesos productivos. Con márgenes ya ajustados por la baja rentabilidad del sector, el aumento de los costos energéticos puede llevar a algunas de estas bodegas a cerrar temporalmente o incluso a abandonar la actividad. Según Samper, “la energía se ha convertido en uno de los costos más caros dentro de la elaboración, así que estamos profundamente preocupados. Muchas bodegas podrían quedar en el camino sin poder abrir sus puertas porque el costo energético nos está dejando totalmente fuera de competencia.”

El problema no se limita únicamente a la electricidad. Las bodegas mosteras, que han experimentado una notable recuperación en el volumen de exportaciones, también enfrentan un aumento significativo en los costos de distribución del gas, fundamental para los procesos de evaporación y concentración del mosto. “Aunque nuestro mosto concentrado es reconocido mundialmente por su calidad, estos costos crecientes nos restan competitividad frente a competidores internacionales”, añadió Samper.

Un panorama de incertidumbre y estrategias para mitigar el impacto
La quita de subsidios energéticos y el consecuente aumento en el precio del kilovatio no solo ha afectado a la industria vitivinícola, sino que ha tenido un impacto transversal en todos los sectores de la economía. Para los usuarios domiciliarios, las tarifas se han vuelto prohibitivas, y las empresas enfrentan aumentos que afectan directamente sus estructuras de costos. La situación se agrava en el contexto de las economías regionales, donde la capacidad de adaptación a cambios bruscos es limitada. “Somos una industria anualizada, con una sola cosecha al año. Estos cambios en los costos de la energía y en las reglas del juego nos afectan de manera desproporcionada y no tenemos margen para ajustarnos rápidamente”, explicó Samper.

El costo energético se ha incrementado a tal punto que muchas empresas se ven obligadas a revaluar sus operaciones y estrategias de producción. La falta de previsibilidad y la volatilidad en los costos energéticos crean un entorno de incertidumbre que dificulta la planificación a largo plazo. Esto es especialmente crítico para una industria como la vitivinícola, donde las decisiones sobre la cosecha y la producción se toman con meses de antelación.

La necesidad de medidas correctivas y el rol del gobierno
Ante este panorama, las bodegas y las empresas vitivinícolas trabajan para expresar su preocupación al gobierno provincial y esperan respuestas concretas que permitan aliviar la carga que representa el costo de la energía. Uno de los puntos críticos es la promesa no cumplida de reducir los impuestos sobre la energía. “Nos prometieron que, al quitar los subsidios, también reducirían los impuestos. Sin embargo, los impuestos siguen igual y los costos energéticos no han bajado. Hay un desfasaje en la implementación de estas medidas que nos está afectando gravemente”, indicó Samper.

Desde la Federación Económica de San Juan se están realizando reuniones y se evalúan propuestas para enfrentar el impacto de los costos energéticos. Se busca la implementación de políticas que ofrezcan alivio fiscal o incentivos para que las empresas puedan continuar operando sin que los costos de energía las empujen al borde del colapso. Entre las medidas propuestas se encuentra la solicitud de una reducción temporal de impuestos o la implementación de tarifas diferenciadas para los sectores productivos más afectados, como es el caso de la vitivinicultura.

El rol de las cámaras empresariales y las propuestas del sector
Las cámaras empresariales, en conjunto con las bodegas afectadas, están trabajando en la presentación de propuestas que buscan una intervención más activa del gobierno para regular el costo de la energía y evitar una crisis mayor. Se plantea, entre otras cosas, la posibilidad de subsidios focalizados para el sector, reducción de impuestos específicos sobre la energía y negociaciones con las empresas proveedoras de servicios energéticos para obtener tarifas más competitivas.

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