Estudio en San Juan determina con precisión la acumulación de horas frío en variedades de almendro

Una investigación de la Cátedra de Climatología Agrícola de la Facultad de Agronomía aporta un método más preciso para vincular la floración del almendro con las temperaturas mínimas. Los resultados permitirán optimizar el manejo productivo y anticipar riesgos en inviernos cálidos

15/08/2025Victor GarciaVictor Garcia
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El trabajo se hizo en dos bosques de almendro de Pocito

La Cátedra de Climatología Agrícola de la Facultad de Agronomía de San Juan desarrolló un estudio innovador que redefine la forma de medir la acumulación de horas frío en dos variedades de almendro —Marinada y Vayro— adaptadas a las condiciones de la provincia. El trabajo, liderado por el ingeniero Cristian Albors junto a Patricio Muñoz y la ingeniera Adriana Careta, incorporó dos modificaciones clave a metodologías previas: el uso de temperaturas mínimas en lugar de medias y el análisis de fechas de inicio de floración en lugar de plena floración.

Metodología y hallazgos
La investigación se apoyó en registros fenológicos de los últimos 10 años, facilitados por los ingenieros agrónomos Matías Femenina (Finca Don Almendro) y Adrián Hierrezuelo, productores almendreros de Pocito. Estos datos incluyeron las fechas de inicio, plena y final de floración para ambas variedades. A partir de estaciones meteorológicas cercanas, el equipo obtuvo las temperaturas mínimas diarias para determinar los periodos de acumulación de frío.

Ingeniero Cristian Albors

Los resultados mostraron correlaciones estadísticamente más altas que las obtenidas en estudios anteriores, delimitando con claridad los intervalos de sensibilidad de cada variedad:

Marinada: comienza a acumular horas frío alrededor del 9 de mayo y finaliza entre el 14 y el 16 de julio.
Vayro: inicia un día antes, el 8 de mayo, y concluye el 14 de julio.
En ambos casos, el promedio de los últimos 10 años indica que requieren aproximadamente 600 horas frío (temperaturas entre 0 °C y 7 °C) para lograr una brotación y floración uniformes.

Importancia para el manejo productivo
El estudio ofrece una herramienta concreta para que los productores puedan estimar, año a año, la oferta de horas frío durante los periodos críticos de sus cultivos y compararla con las necesidades específicas de cada variedad.

El ingeniero Albors destacó que, si bien la bibliografía menciona requerimientos que oscilan entre 400 y 600 horas frío para el almendro, las adaptaciones locales determinan variaciones en los tiempos de inicio y finalización del registro térmico. “Estamos encontrando la punta del ovillo para estas dos variedades en San Juan”, subrayó.

Riesgos de inviernos cálidos
Cuando la acumulación de horas frío es insuficiente, se generan problemas de brotación despareja: algunas yemas florecen mientras otras permanecen inactivas o directamente se secan. Esto no solo reduce el rendimiento, sino que también provoca asincronías en la producción.

Un ejemplo claro se dio en 2023, año con pocas horas frío: “En la misma planta de vid encontramos racimos en maduración y otros recién en floración, algo que impacta directamente en la calidad y la cantidad de la cosecha”, explicó el ingeniero Albors.

La consecuencia final es una disminución en el cuaje y en el número de frutos, con impacto directo en la rentabilidad del productor.

Aplicaciones futuras
El aporte metodológico de este estudio permitirá ajustar modelos predictivos, mejorar calendarios de manejo y orientar la elección de variedades más adaptadas a escenarios climáticos cambiantes. Además, ofrece una base sólida para futuras investigaciones sobre la respuesta de frutales en condiciones de inviernos menos fríos, una tendencia cada vez más frecuente en San Juan.

 

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